Creí que echaba de menos las canciones que no me gustaban. Los
besos que ni tan siquiera había recibido. Los sitios a los que nunca habría
podido ir. Sentí el vacío de aquellos momentos en los que no había ido
acompañada.
Al menos, no por ti.
Y como dejaste de estar mucho antes de irte, empecé a vivir
en el orden que no me definía. En la armonía que me desquiciaba. En un mundo
que no me comprendía. Así que odié ser como era mucho más de lo que habría
querido. Deje de sentirme yo para poder estar contigo, que no juntos, porque
eso era imposible.
Así que la que no era yo, seguía echando de menos todas
aquellas cosas que creía seguir echando de menos. Porque me apretaban, me llamaban,
me absorbían. Llegué a perder el sentido de la realidad y no supe en qué mundo
estaba viviendo; si en el mío o en el que había fabricado para ti.
Vivía de recuerdos que nunca había tenido. De emociones que
nunca había sentido. Me refugiaba en momentos felices que nunca habrían sido posibles. Así que traté de analizarlos, porque esto que dolía tanto no podía
venir de algo que nunca habría podido ser verdad.
Pero un buen día, al darme cuenta de qué era realmente lo que echaba de menos, y por qué dolía,
y más importante aún; por qué no cesaba ese dolor, respiré. Y era la cosa tan de verdad que
había pasado totalmente desapercibida en ese mundo tan de mentira. Me echaba
de menos a mí misma; a la que no le gustaba lo que nunca le había gustado, a la
que quería los besos que todavía no le habían dado. A la que quería ir a los sitos a los
que no había podido ir, aunque no fuese contigo. Porque lo cierto era que no es que dejases de
estar mucho antes de irte, sino que nunca habías estado.
Así que trataré de recuperarme, como sea, cuando sea, cuanto
cueste. Porque la persona que era, la que volveré a ser, bien merece la pena el esfuerzo. Y
cuando yo ya sea yo, y me tenga de vuelta otra vez, sabré que no me perderé de nuevo. Todo esto duele y asusta demasiado como para no haber aprendido nada. Y
sí, quizás en el futuro echaré de menos otras cosas, y seré herida por tantas otras, pero al menos, serán de verdad.
Y al menos, no será por ti.
Fantástico. Muchas veces pasa que entregamos tanto que terminamos quedando en deuda con nosotros mismos. El límite de lo absurdo. Pero, en fin, como siempre, como todo, al final la realidad sale a la luz...porque nada puede contra ella, igual que ninguna noche puede vencer a ningún amanecer. Lo difícil es darse cuenta porque, lo de volver...eso está chupado, pues si hay algo que siempre está y que nunca nos abandona es nuestra esencia y quiénes somos. Aunque a veces nos despistemos. Siempre estamos. Siempre volvemos. Ánimo! :)
ResponderEliminarAunque a veces nos despistemos. Siempre estamos. Siempre volvemos. Simplemente sublime Fatrap!
ResponderEliminar