jueves, 24 de marzo de 2011

Cuando menos me lo espero

Sonidos que nunca interpreté se asoman ahora llenos de colores imposibles de ignorar. Mi cuerpo va moviéndose ya al son de las palabras que nunca supe cantar, que tan sólo escuché en los labios de otros. Entran en mi y de repente me doy cuenta que siempre he estado hecha de ellas. Voy de la cocina al salón y parece que nunca había recorrido ese camino antes. La luz que ahora ilumina todo el espacio sale de mis ojos, encendidos por palabras que, aunque aisladas, siguen siendo yo. Bailo bajo la luz de esta tarde de verano mi canción repetida como nunca he sabido hacerlo. No peso, no paro de dar vueltas, no consigo dejar de sonreir por dentro. No puedo dejar de sentir. Oigo el sonido de la puerta, alguien que ya no reconozco me pregunta que qué hago a oscuras.

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