miércoles, 20 de agosto de 2014

No tengo un espacio en tu carpeta


Yo no tengo un espacio en tu carpeta

 

Lo he descubierto hoy.

 

He descubierto, también, que no eres como dices que no eres. Yo tampoco soy tan original como me creía; todo lo que te he dicho, lo había dicho antes y te lo habían dicho ya.

 

También he descubierto que todo esto ya lo hemos vivido y que, por lo tanto, sabemos cómo acaba. Ser consciente de esto me hace sentir como si estuviera viviendo ya para el recuerdo, que será mucho más querido de lo que imagino ahora, porque estas cosas suelen ser así. Esta sensación me hace sentir pequeña, insignificante, sin importancia, como un número de teléfono anotado al borde de una hoja de cuadros que acabará en la basura, porque ya sé que no tengo un espacio en tu carpeta.

 
Yo no tengo, ¿sabes? No guardo nada entre las hojas amarillentas a lo que regresar cuando el presente se tambalea. En algún momento debí creer que era bueno para afianzarlo, para dar pasos más conscientes y seguros. Y ahora ya ves, el hoy empieza a hacerme aguas y no quiero mirar a un futuro que sé cómo acaba ni puedo volver atrás. Tú siempre podrás buscar entre tus separadores y yo siempre sabré que no estoy en ellos